En esta ocasión les presentamos a British American Tobacco (BAT), empresa que recientemente se sumó como Socia CRCP con el objetivo claro de combatir el comercio informal en la Región de Valparaíso a través del trabajo colaborativo. Para conocer más sobre sus intereses, su Market Integrity Manager, Sebastián Osorio, nos menciona sus principales desafíos y métodos para enfrentarlos
Esta empresa, dedicada a comercializar y atender de manera directa a más 27 mil clientes relacionados al cigarrillo en todo el territorio nacional, tiene más de 100 años de trayectoria y cuenta con una fábrica en Casablanca, además de una planta de desvenado de tabaco en la ciudad de San Fernando, generando productos de excelencia fabricados con los más altos estándares internacionales de calidad.
¿Qué objetivos tienen a futuro?
En cuanto al portafolio de productos, British American Tobacco apuesta a que, en el futuro, podamos distribuir nuevas categorías relacionadas al tabaco, entre ellas, vaporizadores, quemadores de tabaco calentado, entre otros que ya están validados, que generan menos riesgo para la salud de los consumidores y hay muchos países en el mundo en donde BAT ya está distribuyendo estos productos. En Chile todavía no está regulada esta categoría porque están catalogados como productos farmacéuticos, pero una vez se regule, debiésemos empezar a comercializarlos.
La visión a futuro de BAT es encontrar formas de seguir vendiendo productos relacionados a la nicotina, pero que generen menor daño o riesgo para la salud de los consumidores.
Con respecto al comercio ilegal de cigarrillos, ¿qué impacto conlleva?
El contrabando de cigarrillos en particular está muy relacionado con el comercio informal, ambulante e ilegal como un todo, que durante la crisis de la pandemia ha proliferado muchísimo y genera un efecto tremendo en la industria tabacalera legal, y uno de nuestros intereses es siempre estar concientizando acerca de la evasión fiscal. Actualmente, y según el último estudio de la Universidad Católica del Centro MIDEUC, el contrabando de cigarrillos tiene el 21,4% del total del mercado del consumo en Chile, esto significa que uno de cada cinco cigarrillos son de contrabando, generando por consecuencia una evasión fiscal de US$ 500 millones al año, lo que significa que el Estado está perdiendo esta suma de dinero para las arcas, y con esto, teniendo un contexto de crisis económica, social y pandémica es muchísima plata.
Por otro lado, quienes comercializan estos productos ilegales generan mucha inseguridad pública, ya que se trata de bandas de crimen organizado, grupos bien estructurados que se aprovechan del último eslabón que es el comerciante ambulante, que finalmente vende el producto en el día a día para poder llegar con el pan a la casa. Hablamos de bandas multinacionales y transnacionales que están en Bolivia, Paraguay e India, que están en zona franca y se están dedicando actualmente al negocio del contrabando de cigarrillos, pero que antiguamente se dedicaban al narcotráfico u otros delitos de mayor connotación social y que han ido diversificando su negocio. Hoy en día ven una oportunidad con muy buena rentabilidad y con menos penas de cárcel en el contrabando de cigarrillos, así que hay un tema de pérdida tributaria, evasión fiscal, seguridad pública y social.
Por otro lado, existe un riesgo para los consumidores, ya que son productos de muy mala calidad que se venden de manera ilegal en la calle, en la feria, que no discriminan el tipo de consumidor. El mercado en Chile está muy bien regulado, el tabaco es para acceso solo de mayores de dieciocho años, pero el contrabando no puede decir lo mismo, puesto que les vende a menores de 18, no se pregunta la edad, por lo tanto, genera también un peligro para los consumidores.
¿Qué medidas se deberían tomar?
Se están tomando muchísimas medidas, nosotros participamos en diferentes gremios y mesas de trabajo público-privadas y se han hecho muchas cosas en los últimos dos-tres años, entre ellas, la última Ley de Comercio Ilegal que aumenta las herramientas y facultades de la autoridad para fiscalizar este delito y poder perseguir el delito en toda la cadena de valor, desde la persona que piensa en el delito y luego toda la activación de este paso a paso.
También se han hecho muchas otras cosas, a nivel de instituciones, el Servicio Nacional de Aduanas en los últimos dos años han logrado destruir casi el 90% de todos los cigarrillos que han sido decomisados. A nivel de autoridades de fiscalización, Carabineros de Chile, la Policía de Investigaciones y el Servicio Nacional de Aduana, están fiscalizando súper bien en la calle este tipo de delitos.
Hay un problema social que no depende de ellos, que es consecuencia de una crisis y de las malas políticas públicas, pero aquí yo creo que hay que seguir trabajando en la línea de las mesas de trabajo público-privadas para generar información, estudios y análisis que sean consensuados entre las empresas que son afectadas por este tipo de delito y también por las autoridades administrativas, regionales, gubernamentales.
Hay que seguir trabajando a través de los gremios, quienes reúnen a todos estos actores público-privados y encontrar manera de seguir fiscalizando, seguir generando conciencia y educación a los consumidores, a quienes comercializan estos productos y también, por supuesto mirar, un poco más allá y tener una perspectiva más regional de que estos son delitos que comienzan fuera del país, son delitos transnacionales, crimen organizado que comienza en Paraguay, India, Bolivia, etc., por lo tanto, hay que tener una perspectiva un poco más regional y apuntar a tener una comunicación con gremios internacionales, como la Alianza Latinoamericana contra el Contrabando.
¿Qué los motivó a asociarse a la CRCP?
Somos parte de la Cámara Nacional de Comercio, es un gremio súper estratégico y es nuestra principal alianza hoy en día. Dentro de la CNC se encuentra el Observatorio de Comercio Ilícito, que es una iniciativa para aunar fuerzas y juntar a todos los skateholders que son afectados por el comercio ilegal. Hemos tenido muy buenos resultados a través de la Cámara y el Observatorio. Hoy en día, la compañía BAT de Chile está buscando abrir este trabajo y ampliarlo a otros gremios regionales en zonas geográficas donde sabemos, y tenemos toda la información, de que se está contrabandeando nuestro producto y una de esas zonas es el norte de Chile, Arica, Iquique, Antofagasta, Calama y también la Región de Valparaíso, la cual pasó a tomar un papel protagónico, porque sabemos que en Valparaíso y Viña del Mar hay mucho contrabando de cigarrillos, por lo tanto creemos que esta nueva alianza con la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso nos puede servir para trabajar de manera colaborativa con el gremio, con otras empresas que están dentro de este y también que nos permitan acercarnos a las autoridades de fiscalización.
Dentro de todos los beneficios que puede significar sumarse a la CRCP, ¿existe algún espacio específico que busquen cubrir con nosotros?
Nos gustaría estar presentes en temas de innovación, combate al comercio ilegal y contrabando, en temas de desarrollo de proyectos de responsabilidad social-empresarial, que creo que por ahí debemos apuntar el trabajo de BAT en el gremio.
¿Qué otras expectativas tienen del trabajo colaborativo?
Generar y construir estudios, análisis y papers en conjunto, no solo con recursos de la Cámara o de la empresa privada como nosotros, sino que aunar esfuerzos con otras empresas asociadas para generar más información con respecto a estos delitos y problemática. Algo que hemos aprendido en BAT es que mientras más información existe para respaldar nuestro mensaje, es mucho más fácil generar concientización en las autoridades y, de esta forma, acercarnos a ellos, porque finalmente tienes un respaldo empírico, una validación de que lo que tú dices está validado externamente por un experto, es por eso que nosotros realizamos anualmente estudios que miden el tamaño del comercio ilegal en nuestro país, entonces todo este tipo de cosas nos sirven mucho para acercarnos a las autoridades y decirles «aquí está el respaldo». No es solo la empresa privada que tiene esta creencia de que el contrabando viene creciendo durante los últimos años, sino que hay gente experta que valida nuestras premisas. Creo que hay que seguir esa línea de generar mucho contenido, no solo con respecto al contrabando de cigarrillos, sino que podemos hablar de la problemática en general para incluir al resto de las categorías y al resto de las empresas.
También tratar de apalancar mucho la línea de trabajo con respecto a la innovación, el cuestionarse mucho los procesos, las cosas que se vienen haciendo los últimos años, ser capaces de mirar atrás y ver cuáles han sido los aprendizajes, cuáles son las oportunidades que persisten en el tiempo y aprovechar esta mesa público-privada a través del gremio para decir «ok, se puede hacer mucho más», tener sesiones de brainstorming de trabajo, tener mucha presentación de expertos en innovación de la región que sepan sobre el tema y tratar de generar nuevos proyectos.
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